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Ellas casi nunca acostumbran pagar por sexo
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Ellas casi nunca acostumbran pagar por sexo
La prostitución es un servicio al que recurren más hombres que mujeres, según lo confirman las estadísticas y también los propios varones que prestan servicios sexuales. Y no son muchos los estudios que han ahondado sobre este tema, ya que si bien la prostitución femenina ha sido estudiada por innumerables investigaciones, la prostitución masculina ha recibido poca atención de parte de la ciencia y dentro de esto, es mucho menor el trabajo que ha revisado la prostitución masculina de tipo heterosexual.[Tens de ter uma conta e sessão iniciada para poderes visualizar este link]
No obstante, se tienen suficientes referencias históricas para determinar que la prostitución masculina heterosexual es radicalmente distinta a su contraparte femenina. Se sabe que muchas sociedades tienden a tolerarlos más, y las cifras indican que los varones que cobran por hacer servicios sexuales a mujeres, lo hacen en su mayoría de manera voluntaria. Es decir, a diferencia de la prostitución femenina donde muchas mujeres son obligadas a realizar este tipo de actividades, en el caso la prostitución masculina heterosexual los varones eligen ese trabajo por algún tiempo, y usualmente lo abandonan después de los 30 años, o cuando obtienen otra clase de empleo.
El hecho de ser ignorados lejos de beneficiarlos, los coloca como una población muy vulnerable a las enfermedades de transmisión sexual. Usualmente, estos hombres llevan una doble vida y hoy en día, una buena parte de los contactos se hacen a través de internet y por medio de los periódicos.
En el aspecto social, teóricos post-estructuralistas como Douglas Langston, concluyen que a diferencia de las prostitutas, los trabajadores sexuales tienen una construcción social mucho menos dócil que la de sus colegas femeninas y que, según sus propias entrevistas con prostitutos, la actitud de estos hacia las mujeres suele ser misógina. Langston sostiene que la prostitución masculina no es sumisa y que, igual que la erótica masculina y la fetichización de la dominación patriarcal, la prostitución masculina busca la dominación sexual de la mujer.
Sin embargo, son relativamente pocas las mujeres que recurren a los servicios sexuales de un varón, si lo comparamos con la demanda de los caballeros. Por ejemplo, a mediados de esta década la famosa Madame Hollywood se propuso abrir en Las Vegas un prostíbulo masculino exclusivo para mujeres que iba a llamarse La Granja de los Sementales. En el discurso, el proyecto sonaba tentador, pero un sondeo terminó por mostrar que serían escasas las féminas que pagarían por estos servicios y la idea naufragó.
Esta semana, el periódico El Clarín publicó una serie de opiniones sobre el tema, donde muchos especialistas y los propios sexoservidores coincidieron en que la clientela escasea debido a que cuando aparece el dinero, suele borrarse el elemento que más pareciera importarle a las damas: la seducción.
"El hombre busca el placer inmediato, por eso la prostitución (femenina) funciona. La mujer necesita ser seducida. Sin embargo, la única oferta que tienen las mujeres es de strippers musculosos, con los abdominales híper marcados y que se quedan en tanga… yo no sé cuántas mujeres pueden sentirse seducidas con eso", explica al diario argentino Omar Suárez, dueño del mítico cabaret bonaerense Cocodrilo. Suárez es uno de esos varones que piensan que una muer no necesita pagar, porque puede tener sexo cuando se le antoje. "A lo sumo tendrá que bajar sus pretensiones", remarca el empresario.
Para Adriana Arias, psicóloga y sexóloga, "hay una enorme diferencia entre la erótica del varón y la de la mujer. El varón es más genital, por eso puede pagar por sexo y no le importa si ella se come las eses o tiene tres dientes. Las mujeres necesitamos un guión erótico, no nos excita la genitalidad directa. Lo que estimula nuestro erotismo está mucho más puesto en la imaginación, en el juego previo, en las miradas, en las fantasías. Por eso es poco probable que una mujer llame a un escort para tener un encuentro sexual, porque eso significaría una búsqueda de genitalización directa".
Axel, un musculoso varón que ofrece sus servicios sexuales por medio de internet enfatiza que por cada diez llamadas que recibe, sólo una suele ser de clientas femeninas. "A ellas tengo que dedicarles el doble de tiempo que a un hombre. Primero nos encontramos a tomar café y trato de hacerme el novio. Tengo que ser cariñoso, amable, caballero. Es que para la mujer el orgasmo empieza por la cabeza; a veces me llaman más para conversar que para…eso", explica. "Las que me llaman siempre tienen más de 35 años y están descuidadas", detalla Axel.
Sebastián es otro escort que utiliza internet para promoverse. En su experiencia, el prostituto varón es para la mujer algo muy similar a un estilista. "Si pagó por tener sexo conmigo y se sintió contenida, prefiere no cambiar. A la mujer no le cobro por hora: sigo hasta que se termine. Y cuando digo ‘termine’ eso incluye la charla y el ‘abrazame’ posterior", concluye. (Con información de El Clarín)
Vocês não acham que isso está mudando?
Conheço algumas mulheres que só querem sexo e não conversar ou abraçar após o sexo.
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